Aclarando las manchas
Las manchas en la piel del rostro tienen un impacto negativo en la vida social de mujeres y hombres que sienten por este motivo alterada su calidad de vida.
Luego del verano esas manchas se acentúan y oscurecen, constituyendo una preocupación importante en quienes las padecen.
Manchones amarronados relativamente amplios y difusos en la frente, nariz, mejillas y alrededor de la boca en dermatología reciben el nombre de Melasma. Si bien los hombres también pueden verse afectados es diez veces más común en el sexo femenino.
Existen factores que predisponen y son responsables de la aparición de manchas: genética, exposición al sol, la luz visible demasiado intensa, el embarazo, pastillas anticonceptivas, cambios hormonales y cosméticos que irriten la piel.
En numerosos casos, sobre todo en pieles más oscuras, las manchas aparecen luego de una lastimadura, irritación o inflamación de la piel. Los dermatólogos denominamos a este tipo de reacción con el nombre de pigmentación postinflamatoria y se presenta a menudo luego de lesiones de acné, depilación, golpes o picaduras.
Cada año luego del verano los pacientes con manchas oscuras en la piel se preguntan cómo pueden mejorar el aspecto de las mismas.
La respuesta al tratamiento varía según la localización del pigmento en la piel. El melasma puede ser epidérmico (superficial), dérmico (profundo) o mixto, según la ubicación en profundidad donde se encuentre el pigmento. Cuanto más superficial esté, mejor responderá al tratamiento.
Para mejorar las manchas el dermatólogo diseñará un programa de tratamiento acorde a las características de la piel del paciente (tipo de mancha, sensibilidad y coloración de la piel). El otoño y el invierno son las mejores estaciones para realizarlo ya que disminuye la intensidad de la radiación ultravioleta.
El primer paso es indicar protección solar o cremas hidratantes que contengan factor de protección no menor a 30, de amplio espectro (UV A y UV B) y con óxido de titanio u óxido de zinc que bloquean también la luz visible que oscurece las manchas.
Cualquier maquillaje y cosmético hidratante o de limpieza que irrite debe suspenderse ya que empeorará las manchas.
Existen distintos tipos de cremas dermoaclarantes siendo las más efectivas de venta bajo receta. El despigmentante más utilizado es la hidroquinona que se utiliza en concentraciones que van del 2 al 4%. Para potenciar su efecto muchas veces se indica asociada a tretinoína o al ác. glicólico, siempre teniendo en cuenta la tolerancia de la piel del paciente. Normalmente lleva aproximadamente tres meses aclarar el aspecto de las manchas. Otros medicamentos que son útiles son el ác.azelaico (sirve además para prevenir las manchas del acné) , el ác.kójico y la vitamina C. El ácido mandélico (es un derivado de la almendra) y el ác fítico ( un derivado de las semilla de cereales) se recomiendan como alternativas para aquellas pieles sensibles a la hidroquinona y a otras terapias blanqueadoras.
El peeling químico puede ser utilizado para ayudar a aclararlas pero es recomendado sólo en pieles claras y en el contexto de un programa dermoaclarante. Los más utilizados son el ác. glicólico, mandélico, láctico y salicílico.
La luz pulsada intensa puede ser útil en los casos más rebeldes o como complemento del tratamiento. Se indica una sesión al mes y se realizan entre cuatro y cinco sesiones.
Los lentigos solares son manchas marrones pequeñas que aparecen en dorso de manos y en el rostro debido a la exposición solar acumulada a lo largo de los años. También se tratan en otoño e invierno con ciertas topicaciones o con algunas sesiones de láser o luz pulsada.
Hay que señalar que cualquier mancha debe ser examinada por el dermatólogo para que identifique su origen y determine la mejor manera de tratarla.
Es importante seguir las directivas que él indique, con cuidado para obtener el máximo beneficio terapéutico y evitar irrtaciones de la piel que puedan empeorarlas.